Platón no menciona nunca a Demócrito, que es, en cambio, citado con frecuencia por Aristóteles. Dirigió una escuela en Abdera, y vivía aún cuando platón fundó la Academia.
En el sistema atomista no encajaría la noción estricta de Dios, pues sólo admite la existencia de los átomos y del vacío.
Los sentidos particulares no nos proporcionan ninguna información sobre la realidad.
"¡Pobre Inteligencia, de nosotros [es decir, de los sentidos] es de quienes has recibido las pruebas para desacreditarnos!" Tu victoria es tu fracaso.
En la ética de Demócrito domina la idea de felicidad o eudaimoníe, o sea, buen ánimo, buena situación.
Debemos guiarnos por el principio de la simetría o de la armonía. Ateniéndonos a este principio, lograremos el equilibrio coprporal -la salud- y la tranquilidad del alma -la felicidad- En su atomismo filosófico fue sucesor de Leucipo.
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